lunes, 22 de septiembre de 2014

Regalos que no hay que aceptar

 
Había un profesor, muy comprometido y estricto, pero que tenía fama entre sus alumnos de ser un hombre justo y comprensivo. Una tarde, al terminar la clase, el maestro organizaba unos documentos sobre su escritorio cuando uno de sus alumnos se acercó en forma desafiante y le dijo:

– “Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora.”
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
– “Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, ¿lo recibes?”
El alumno quedó desconcertado por la candidez de la sorpresiva pregunta.
– “Por supuesto que no”, respondió de nuevo el muchacho, ahora en un tono despectivo.
– “Bueno”, prosiguió el profesor, “cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo, en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.”
– “No entiendo a qué se refiere”, dijo el alumno confundido.
– “Muy sencillo… tú me estás ofreciendo rabia y desprecio, y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo. Yo, en cambio, prefiero obsequiarme mi propia serenidad. Muchacho, tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón pero de mí depende lo que yo cargo en el mío.”
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Cada día encontrarás situaciones que no dependerán de ti… en todas ellas podrás escoger qué emociones o sentimientos quieres poner en tu corazón… y lo que elijas lo tendrás hasta que tú decidas cambiarlo…
Un día Jesús le explicaba a los fariseos algo parecido… les dijo que las cosas que salen del corazón, los malos propósitos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad… todas esas cosas son las que hacen impuro al hombre y le apartan de Dios…
¿Sabes algo…? Cada vez que elegimos un sentimiento que oscurece nuestra alma… es como si nos atáramos nosotros mismos con la cadena del enemigo… mientras que la verdadera libertad está en poder elegir a Dios y todo lo que Él nos ofrece… solamente así podremos alcanzar la felicidad que Él ha soñado por cada uno de nosotros… DTB!

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