martes, 7 de octubre de 2014

¿Qué quieres ser cuando seas grande…?


¿Quién no ha escuchado esa pregunta cuando niño? Policía, bombero o maestra… ingeniero, abogado, doctor… una persona importante y exitosa… alguien que deje su marca en el mundo… y según pasan los años y la vida va dejando sus huellas, es interesante como la respuesta se vuelve más profunda, más “humana”. Hasta que un día comprendemos qué es eso a lo que verdaderamente estamos llamados:
Podemos ser una VOZ serena, entre el fragor de los apasionamientos. Podemos ser una LUZ, para quienes andan en las sombras de la ignorancia. Podemos ser una SONRISA, para quienes están tristes y menoscabados. Podemos ser PALABRAS de aliento, para quienes quieren darse por vencidos. Podemos ser la MANO amiga, que levanta a alguien caído. Podemos ser el AMOR desinteresado, para quien ha sido engañado y menospreciado.
En fin, podemos ser el ROSTRO AMOROSO DE CRISTO, que trae un rayo de esperanza en los corazones de nuestro prójimo.
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