lunes, 22 de septiembre de 2014

¡Hasta el Diablo obedece!

Una mujer pasaba por un momento difícil en el que no tenía dinero para alimentar a sus hijos. Mientras pensaba en su situación, encendió la radio en una emisora católica y escuchó que tenían las líneas abiertas en un programa de oración. Llamó, explicó su problema y pidió oración por ella y su familia.
Un brujo escuchaba el programa con sus ayudantes, burlándose de los que llamaban pidiendo ayuda en sus necesidades. Al escuchar a la mujer, llamó a la emisora, consiguió su dirección y envió a sus ayudantes a comprar alimentos. Luego les dijo que se los llevaran con las siguientes instrucciones: “Cuando ella les pregunte quién mandó estos alimentos, ustedes responderán que fue el Diablo”.
Los ayudantes hicieron como el brujo les mandó. Compraron las provisiones y llegaron a la casa. La mujer los recibió llena de alegría, tomó las cosas de sus manos y procedió a guardarlas. Ellos, al ver que la mujer no preguntaba, le dijeron: “¿Señora, no quiere saber quién le envió estas cosas?”
Pero la mujer, con la sencillez de una confianza absoluta en Dios, les respondió: “Amigos, para qué quería saberlo… cuando Dios manda algo, ¡hasta el diablo corre a obedecerle!”

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